Rancho Las Voces: Cine / Entrevista a Agustín Díaz Yanes
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miércoles, noviembre 01, 2017

Cine / Entrevista a Agustín Díaz Yanes

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 Goyo Conde
Agustín Díaz Yanes: «A los españoles nos cuesta reconciliarnos con nuestra historia». (Foto: Goyo Conde)

C iudad Juárez, Chihuahua. 27 de octubre de 2017. (RanchoNEWS).-El cineasta madrileño, tras un silencio de nueve años, estrenará Oro en el Festival de Sevilla (y en salas el 10 de noviembre), adaptación de un relato inédito de Arturo Pérez-Reverte sobre una patrulla de soldados a la búsqueda del precioso metal en el Nuevo Mundo. Raúl Arévalo, José Coronado y Bárbara Lennie encabezan el reparto. Javier Yuste lo entrevista para El Cultural.

Nueve años han pasado desde que Agustín Díaz Yanes (Madrid, 1950) estrenara Solo quiero caminar (2008), filme en el que retomaba el personaje de Gloria Duque, interpretado por Victoria Abril en su potentísima opera prima Nadie hablará de nosotras cuando hayamos muerto (1995), para volvernos a hablar de la soledad y la supervivencia de los más débiles, temas recurrentes en su cine. A pesar de las buenas reseñas que recibió -la película fue elegida la mejor del cine español en 2008 por los críticos de El Cultural-, el cineasta no consiguió arrastrar al público a las salas, lo que provocó que la industria se olvidara de él durante una larga temporada. «En el mundo del cine eres más o menos lo último que has hecho y esto es algo que cualquiera sabe desde que empieza a hacer películas, y que además tiene que ser así. Yo siempre he llevado esto bien, quizá por venir de una familia taurina de toma y daca», explica el director de Sin noticias de Dios (2001).

Tras escribir por encargo de Pedro Costa un guión sobre el asesino en serie José María Jarabo para una película que se truncó por el camino, y tras publicar su primera novela en 2012, Simpatía por el diablo (Espasa), finalmente Díaz Yanes vuelve al ruedo cinematográfico con Oro, adaptación de un relato inédito de Arturo Pérez-Reverte sobre una patrulla de soldados a la búsqueda del precioso metal en el Nuevo Mundo, que se estrenará en el Festival de Sevilla a partir del 3 de noviembre, y llegará a las salas una semana después.

¿Cómo fue el trabajo con un texto de Pérez-Reverte, como ya hiciera en Alatriste (2006)?

El relato era un material magnífico para adaptar, muy cinematográfico y con grandes personajes. Sabía que la trama iba a funcionar, pero tenía ciertas dudas sobre la manera de trasladarlo a imágenes. En cualquier caso tiene poco que ver con Alatriste, que era una película de aventuras y muy espectacular. Oro es más claustrofóbica.

¿Se parece más a Nadie hablará… que a Alatriste?

Los que escribimos y dirigimos casi siempre contamos lo mismo y, para bien o para mal, tenemos las mismas obsesiones. Yo casi siempre he centrado mis películas en gente pobre que lucha para sobrevivir.

Pérez-Reverte ha afirmado en una de sus columnas que este filme refleja fielmente su manera de ver la conquista de América. 

La historia trascurre en la conquista, pero no era mi intención explicar este acontecimiento porque no creo que sea posible hacerlo en una película. Está claro que el espíritu de Arturo está ahí, pero al fin y al cabo se trata de una patrulla de soldados españoles anónimos. Ninguno es Hernán Cortés ni Núñez de Balboa. A mí me interesaban más los personajes y la acción que todo lo demás. Las pasiones, la crueldad, la épica...

¿Repasó las películas que han abordado el tema?

Vi todo lo que se había hecho antes de empezar el rodaje. Por ejemplo Aguirre, la cólera de Dios (1972), de Herzog, la vi tres o cuatro veces. Pero principalmente me interesaban películas ambientadas en entornos selváticos, como las de la Guerra de Vietnam. La selva al final es muy monótona, mires donde mires es siempre lo mismo y quería saber cómo la habían filmado otros directores. Y también vi algún que otro western, pero no los de John Ford porque son inimitables, sino esos que llaman menores como La venganza de Ulzana (1972), de Robert Aldrich. Para mí Oro es un western, una película de frontera.

Fricciones en Castilla

Rodada durante siete semanas en escenarios naturales de Panamá, Canarias, Madrid y Andalucía, Oro cuenta con un reparto coral en el que destacan Raúl Arévalo, Óscar Jaenada, José Coronado y Bárbara Lennie. En sus rostros se reflejan las penalidades que sufre esta patrulla de apenas 30 desarrapados heroicos a la par que crueles, en busca de la gloria, la fama y la riqueza en una tierra inhóspita, asediados por bestias exóticas y por indios caníbales, y tan dispuestos a matarse entre ellos como a luchar codo con codo.

A veces las tensiones entre estos hombres se generan por el lugar de procedencia de los soldados en un reino con pocos años de vida como lo era Castilla, algo que está muy bien marcado en las interpretaciones de los actores a través de los acentos...

La conquista la llevaron a cabo principalmente extremeños, castellanos, andaluces, navarros... y me interesaba mucho marcar los acentos, aunque sin volverme loco. Hay acentos que funcionan extraordinariamente bien en el cine y uno de ellos es el andaluz porque suaviza mucho nuestro castellano tan fuerte, es como un bálsamo. En cuanto a las tensiones entre estos hombres, supongo que habrá gente que querrá entender la película en clave catalana pero cuando yo la hice todo este tema estaba muy tranquilo. Pero sí que creo que el carácter básico, o los caracteres básicos, de una nación suele mantenerse a lo largo del tiempo, con sus virtudes y sus defectos. Lo importante es tener políticos que sepan potenciar las virtudes y arrinconar los defectos.

La conquista de América siempre está rodeada de polémica. ¿Cuál es su visión sobre este tema?

Hay demasiada literatura al respecto. La conquista fue cruel y violenta, pero también épica. Creo que es absurdo decir que fue un simple genocidio, como también lo sería decir todo lo contrario. Nuestros antepasados no eran muy simpáticos, pero también fundaron universidades, expandieron el español y se mezclaron con los indios. Sin embargo es un error intentar ver el pasado con los ojos del presente. La historia está ahí y hay que aprender a vivir con ella y ver qué nos dice de nosotros mismos.

¿Por qué hay tanto reparo en el cine español a adentrarse en años tan importantes de su historia?

En muchos casos es cuestión de presupuesto, pero también es cierto que a los españoles nos cuesta reconciliarnos con nuestra historia. Cuando tratas de abordar un acontecimiento siempre hay alguien a quien le parece mal el enfoque, pero hay que romper ese tabú que nos tiene atenazados. Nuestra historia es tan rica que el cine debería afrontarla mucho más.

Quizá lo haga el propio Díaz Yanes en el futuro si Oro consigue el favor del público, una cuestión que le tiene algo inquieto. «Ya tengo una edad y no me puedo pasar otros nueve años sin rodar así que espero que el público vaya a verla y que le guste».


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